Atrás quedan ya los días en los que los clientes solo tenían una o dos opciones para interactuar con una empresa. Actualmente, se mueven libremente por los canales digitales y analógicos, utilizando el teléfono, el chat web o las redes sociales, entre otros, para comprar, resolver problemas, tramitar devoluciones y mucho más. Con el objetivo de abordar este cambio fundamental en el recorrido del cliente, muchas empresas han adoptado un enfoque multicanal en el servicio al cliente, desplegando un amplio abanico de canales para que los clientes puedan elegir el que prefieran. Sin embargo, el enfoque multicanal no garantiza que la experiencia del cliente esté integrada. Por ejemplo, es probable que un cliente que primero se haya comunicado por las redes sociales y luego utilice el teléfono para buscar ayuda sobre el mismo problema tenga que volver a explicar su preocupación e iniciar el proceso desde el principio. Aquí es donde entra en juego el enfoque omnicanal, ya que ofrece una solución más completa.
El propósito de la estrategia omnicanal es crear una experiencia interconectada que proporcione a los clientes un servicio ininterrumpido, sin importar si están utilizando el correo electrónico, las redes sociales, el teléfono o incluso los canales presenciales. El enfoque omnicanal integra todos los canales del servicio al cliente disponibles para proporcionar continuidad y conectividad en todos ellos. De este modo, los clientes pueden moverse libremente entre canales sin sufrir interrupciones, ni tener que repetir el contexto. En resumen, proporciona un recorrido del cliente único y coherente, independientemente de cómo decida comunicarse el cliente.