La observabilidad es la capacidad basada en software de explicar cualquier estado de un sistema en función de sus salidas externas.
Generalmente, cuanto más potente y capaz es un sistema, más complejo se vuelve. Lamentablemente, este aumento de la complejidad conlleva mayor incertidumbre; se producen fallos, cuellos de botella en el rendimiento, errores, etc. y determinar la causa raíz de estos incidentes no siempre es tarea fácil. Con los complejos sistemas modernos no solo aumenta la probabilidad de fallos inesperados, sino también el número de posibles modos de fallo. Para contrarrestar esta tendencia, los equipos de TI, desarrollo y operaciones comenzaron a implementar herramientas de monitorización capaces de ver dentro de los propios sistemas.
Pero el progreso avanza y la complejidad de los sistemas actuales está superando la capacidad de monitorización tradicional. Actualmente, la estrategia acreditada para proteger los sistemas contra fallos desconocidos ya no es la monitorización, sino hacer que el sistema pueda ser monitorizado por medio de la observabilidad.
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