El éxito en los negocios depende en gran medida de la capacidad de una organización para comprender y satisfacer las expectativas de los clientes. Pero cuando esas expectativas no están claras o cuando los clientes no están completamente informados sobre lo que pueden esperar de un proveedor de servicios, la gestión de las expectativas de los clientes puede resultar extremadamente difícil. Para contrarrestar este problema, empresas de todo tipo confían en los SLA.
Un SLA funciona como un acuerdo documentado entre la entidad que presta el servicio y la que se beneficia del mismo. Aunque los SLA tradicionales definen las expectativas de servicio entre los proveedores y los clientes, también pueden emplearse entre departamentos de una misma organización. Y aunque el SLA puede constar de tan solo unas pocas frases o de documentos enteros de disposiciones y estipulaciones, siempre son un componente fundamental de los contratos de servicio modernos. También es importante tener en cuenta que los SLA no deben considerarse inmutables, sino que deben cambiar y crecer para satisfacer las necesidades empresariales en constante evolución. Teniendo esto en cuenta, los SLA deben incorporar un marco claro para la introducción de revisiones o modificaciones durante el transcurso del contrato.